Su nombre científico es Empoasca decedens, comúnmente conocido como mosquito verde.
Este insecto siempre ha estado muy extendido en la cuenca mediterránea, pero desde los años 90 se ha convertido en un grave problema para los agricultores.
Daños generales: es una especie polífaga que ataca a numerosas plantas, desde las ornamentales (viburnum, aligustre) a las herbáceas (tomate, calabaza, remolacha, fresa y otras) y terminando en los árboles (almendro, melocotón y prunus en general, salix, cítricos y otros).
Empoasca decedens: El insecto
El insecto, como se ha mencionado, es un mosquito. En la madurez alcanza 3-3,5 mm de longitud. El adulto es de color verde claro con élitros verdes y las puntas de las alas son transparentes.
Al cabo de un mes los huevos eclosionan tras varias fases de desarrollo, dando lugar al insecto adulto el cuál vemos en plantas, causando daños.
Pasan normalmente por 4-5 generaciones al año y las etapas de desarrollo pueden solaparse.
Inverna en plantas de hoja perenne, tanto herbáceas como arbóreas, silvestres y cultivadas. Generalmente pasa la primavera en plantas herbáceas como el tomate, la patata, la remolacha y las legumbres, aquí es donde se origina la primera generación. A principios del verano se traslada generalmente a los prunos y a finales del verano a las plantas herbáceas como las fresas para finalmente en septiembre-octubre migrar a los cítricos.
Daños causados por Empoasca decedens
Los mosquitos verdes (o Empoasca decedens) causan daños al chupar la savia y así ocluir los vasos y necrosar las zonas de las puntas. Ya en las primeras fases de desarrollo en el envés de las hojas y en el interior de las venas, el insecto pica la hoja para alimentarse, creando así lesiones que causarán anomalías en las hojas.
Los daños en la hoja, y por tanto en el parénquima, son a veces insignificantes. Los daños más importantes se producen en las venas con enrollamiento, amarillamiento, deformación, reducción del desarrollo, defoliación y necrosis.
A veces, la filoptosis (caída de hojas) puede producirse desde la base de las ramas hacia el ápice. El crecimiento de los brotes puede ralentizarse provocando el acortamiento de los entrenudos y los brotes adventicios no permiten que los botones florales se alimenten adecuadamente.
En las plantaciones jóvenes es peligroso porque retrasa la entrada en producción.
En los almendros provoca una reducción del crecimiento de las hojas, el rizado y amarillamiento de las mismas con márgenes necrótico. En general, tanto los almendros jóvenes como los que están en producción muestran un retraso en el crecimiento. En los jóvenes se ve perjudicado el inicio de la producción y en los adultos se refleja una reducción del vigor.
En los huertos de melocotones, las picaduras de succión provocan el rizado y la curvatura de las hojas más jóvenes, que luego se vuelven amarillas y se secan en el ápice o en el borde de la hoja.
También provocan una reducción del tamaño de los frutos debido a un desarrollo más lento, además se genera un retraso en el crecimiento de la producción del año siguiente ya que hay un desarrollo irregular en las ramas de fructificación.
En los fresales causan daños sobre todo en la vegetación joven y en los cítricos reducen la acumulación de aceites esenciales en las glándulas oleaginosas, provocando manchas sobre los frutos, también presente en los cítricos.
Defensa contra el mosquito verde
Es importante que la defensa se lleve a cabo tras un cuidadoso seguimiento de la presencia de este patógeno.
Es necesario vigilar a este patógeno durante los primeros diez días de junio, mediante el muestreo de los brotes y/o el uso de trampas cromotrópicas amarillas que se colocarán cerca del ápice de los árboles.
Los tratamientos fitosanitarios no suelen ser eficaces debido a la gran movilidad de los propios insectos.
Hay algunos productos utilizados convencionalmente como el etofenprox y el clorpirifos etil con una persistencia de aproximadamente una semana y el fenitrtion con un efecto residual mayor. Hay que recordar que el uso de estos productos suele inhibir el desarrollo de la entomofauna en la zona.
Por lo que es recomendable solo tener intervenciones limitadas con estos productos. Es mejor contar con tratamientos de contención indirecta y medidas, como el uso de fertilizantes que limiten el desarrollo del mosquito verde.
Por ejemplo, el Frankyl es un abono orgánico que contiene oligoelementos (zinc y manganeso) que ayudan a las plantas a protegerse de este patógeno.
Este abono puede utilizarse junto con otros productos que actúan por contacto, como los piretroides, para aumentar su eficacia. Debe distribuirse por toda la planta, teniendo cuidado de regar también las hojas de la página inferior.
Desde el punto de vista agronómico, es posible controlar la vegetación herbácea, donde el insecto realiza su primera generación, cuidando y manteniendo la vegetación arbustiva y arbórea alrededor de la planta, cuando sea posible, para evitar que migre hacia las plantas cultivadas.
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