El desarrollo de la tecnología ha traído consigo cambios en muchos sectores productivos. La agricultura ha experimentado un gran crecimiento en innovaciones y tecnologías en las últimas décadas. Por eso hoy hablamos de la Agricultura 4.0. De hecho, la viticultura fue uno de los primeros sectores que desarrolló técnicas innovadoras para simplificar el trabajo en el campo.
Empezando por el uso de GIS para el posicionamiento de hileras, soportes y plantas, ahora ya se usan tecnologías dedicadas a las diferentes etapas de la producción de la vid.
La viticultura de precisión utilizó inmediatamente sistemas de satélite para detectar las condiciones de la vegetación y el contenido de agua de las plantas. Se introdujeron sistemas de apoyo a la toma de decisiones (DSS) para controlar los patógenos, tecnología de sensores avanzada para la detección precisa de determinados parámetros, sistemas innovadores de análisis foliar. Todo esto es gestionado a distancia gracias a la conectividad y a la digitalización de los sistemas.
Estudios previos a la implantación
En primer lugar, hay que empezar por la plantación. Los sistemas digitales actuales permiten analizar con gran precisión el terreno donde podemos plantar nuestro viñedo.
Gracias a los Sistemas de Información Geográfica, es posible crear mapas muy específicos de nuestros suelos integrando la información planimétrica con la del terreno como la exposición, la altitud, la orografía e incluso la información intrínseca del suelo gracias a sistemas analíticos innovadores que permiten el análisis puntual y sistemático del suelo.
Además, con el SIG es posible dibujar simplemente el posicionamiento de nuestras filas.
Software de Gestión
Para el trabajo en el campo y en la bodega, el software de gestión es esencial. Nos permite disponer de toda la información relacionada a nuestro viñedo en un único programa, que se resume a un cuaderno de campo digital, con información y datos registrados por los sensores y estaciones meteorológicas. Por ejemplo; colocados en el campo.
Esta lectura de datos es bastante sencilla, y permite la reducción del trabajo gracias a la gestión a distancia.
Las herramientas tecnológicas
Podemos decir que las herramientas agrícolas han cambiado muchísimo en los últimos años. Hoy en día, muchas de estas herramientas se gestionan desde plataformas digitales a distancia. De hecho, la mayoría de estas, cuentan con sistemas de geolocalización y guiado automático que pueden simplificar todas las operaciones sobre el terreno. Se utilizan drones, robots y sensores avanzados para recoger datos en el campo, que luego se envían al software principal, donde, guiados por equipos de agrónomos 4.0 y mediante sistemas automatizados, se procesan y analizan.
Hablando de fertilización, por ejemplo, algunos sistemas implican el uso de imágenes satelitales, drones, la teledetección, o través de sistemas ópticos (sensores) en el campo, la detección proximal. Estas imágenes se envían a un programa informático que procesa los datos y crea mapas de prescripción, es decir, mapas que muestran las zonas con problemas nutricionales y las intervenciones que deben realizarse, a menudo con dosis de abono preestablecidas. De este modo, se lleva a cabo una fertilización de tasa variable: así se asocian las dosis de abono más adecuadas en las zonas específicas del campo.
Bodega
También se utilizan sistemas de viticultura de precisión en la bodega.
En concreto, existen sistemas de control remoto que permiten: controlar las temperaturas de almacenamiento del vino, la temperatura, la humedad en la bodega de barricas, y seguir procesos individuales como la micro oxigenación.
Pero la verdadera revolución es la capacidad de intervenir a distancia; de hecho, muchos sistemas 4.0 pretenden minimizar la intervención humana, mejorando así la gestión y, por ende, la calidad del producto. En lo que respecta a la vinificación, se pueden hacer correcciones indicando a los sistemas interconectados que establezcan determinadas intervenciones, como la corrección de la temperatura o la humedad en la bodega de barricas. Es importante tener en cuenta que el contacto directo con el vino sigue siendo muy importante. Estos sistemas no pretenden sustituir por completo al bodeguero, sino ayudarle en el proceso de toma de decisiones.
Etiquetas y trazabilidad
Las comercializaciones de productos también han cambiado por la digitalización. En el mundo Agri 4.0, la trazabilidad es una de las áreas más desarrolladas y una de las soluciones más adoptadas por las empresas.
En primer lugar, ahora existen sistemas de etiquetado automáticos que aceleran esta fase con gran rapidez. Pero la verdadera innovación reside en la trazabilidad de los productos. Gracias a la colocación de un código QR, o una etiqueta NFC, en la etiqueta, es posible rastrear una serie de información sobre el vino.
Esto es muy útil para reducir el fraude y dar más valor al producto, haciendo que el consumidor se sienta más cerca del productor.