En un artículo anterior, mencionamos brevemente las formas de desarrollo del almendro. En este artículo ampliaremos este tema y lo relacionaremos con la poda.
De hecho, los sistemas de poda van de la mano con la forma de cultivo, orientando la conformación de la planta y dirigiendo la producción, buscando la máxima eficiencia productiva y la simplicidad de manejo.
En el pasado, las cultivaciones de almendros tenían amplias distancias de plantación con un número limitado de plantas por hectárea, que ascendía a unas 150-200 plantas, a menudo asociadas a otros frutos. En otros sistemas tradicionales con sólo almendros se veían hasta 300-400 plantas por hectárea. El crecimiento del nuevo cultivo de almendras se basa, en cambio, en la adopción de técnicas más intensivas con patrones de plantación más estrechos y regulares que simplifican la gestión del suelo, la poda y las operaciones de recolección, que a menudo están mecanizadas. Con este nuevo enfoque, las plantas se cultivan con patrones de plantación de 5-6 m x 4-5 m, con un rendimiento de unas 400-500 plantas por hectárea, mientras que otras con mayor aprovechamiento del suelo alcanzan las 600-700 plantas por hectárea. Están muy mecanizados y suponen el mantenimiento de plantas muy pequeñas. Por último, hay plantas superintensivas que también suponen 1000-2000 plantas por hectárea.
Las formas de cultivo del almendro
En general, la forma clásica de cultivo es el vaso, en varios tipos que se diferencian por el número de ramas, la altura de las ramas principales ligada sobre todo a la necesidad de utilizar maquinaria específica para las distintas operaciones de campo.
Obviamente, la forma final debe fijarse durante la fase de cría, en la que se fijará la estructura arquitectónica de la planta. Básicamente, se realizan pocas intervenciones, pero muy específicas, para definir la estructura, en los años siguientes se mantendrá la forma con las intervenciones que describiremos a continuación.
Las formas más comunes son el vaso, el vaso retrasado, el cultivo libre y la palmera.
El vaso y el vaso retrasado son muy similares.
En el caso de la primera, durante la fase de cría, la estructura se establece con 3-5 ramas simétricas y estacadas a 80-100 cm del suelo. En la segunda, se realizan varias operaciones para eliminar las ramas supernumerarias. La estructura final consta de 5-6 ramas más estrechas entre sí (aprox. 20-30 cm) y con alturas que van de 60 a 300 cm.
La forma libre, también conocida como forma de viento pleno, más tradicional y menos funcional en términos de producción y gestión, prevé el corte del tallo en el primer año de vida y el crecimiento natural de la planta hasta el 4º-5º año. A lo largo de los años, se realizan aclareos e intervenciones funcionales para permitir la entrada de luz en el follaje.
En cuanto al eje central, se adopta en las plantaciones intensivas y consiste en cortar el tallo a unos 60 cm, cuidando de dejar una rama vertical (flecha) y dos ramas laterales; en los años siguientes se seleccionarán otras ramas, de nuevo a partir del corte de la rama vertical, formando otra fila de ramas, paralelas a las mantenidas el año anterior.
En el eje central mecanizado con maquinas cabalgantes la ramificación empieza a los 45 cm del suelo. Se utilizan maquinas cabalgantes para la poda. La altura del seto varía de los 2,5 a 3 m y la anchura de 0,8 a 1,5 m, dependiendo del fabricante de la cosechadora.
Poda del almendro
Siguiendo el esquema anterior, veamos cómo hacer la poda.
Para el vaso y el vaso retrasado tendrás que plantar un árbol de un año y cortarlo a 40-50 cm. En el segundo año tendremos una estructura con varias ramas, de las que habrá que mantener al menos cuatro, podándolas a unos 30-40 cm de longitud. En los años siguientes, éstas darán lugar a varias ramas, se entresacarán las débiles y secas y se seleccionarán sólo las ramas exteriores, que serán las productivas. Después, se dejará que crezca libremente, eliminando sólo las ramas débiles y secas y realizando un ligero aclareo.
Para la forma libre, puede decidir tener un andamio bajo, a unos 120 cm, o uno alto, a unos 200 cm. A continuación, plantará una vara de un año, podándola a la altura elegida. Al año siguiente, se seleccionarán al menos tres ramas para convertirlas en el andamio principal. Estas se podarán a 20-25 cm de longitud, las ramas que se formen se acortarán como las anteriores. Una vez formada la copa, sólo se realizarán aclareos, sobre todo internos, para facilitar la entrada de luz en la copa.
El eje central, como se ha mencionado, proporciona un crecimiento funcional para las filas. De hecho, el tallo se corta a una altura de 70 cm o 45 cm para maquinas cabalgantes. A continuación, se retienen una rama vertical y dos horizontales, que pueden disponerse sobre un soporte. En esta fase se realizan ligeros cortes de adelgazamiento. Al año siguiente, la flecha se cortará apicalmente, si es demasiado vigorosa y se conservarán dos ramas laterales más, formando la estructura final de la planta.