Son numerosos los insectos que atacan a los olivares, entre ellos algunos primarios como la Mosca del olivo (Bactrocera Oleae), Prays (Prays Oleae) y la Cochinilla (Saissetia Oleae), además de algunos secundarios como el taladro amarillo (Zeuzera Pyrina), las cochinillas y los gorgojos de la corteza. Otras como el Glifodes o Polilla del jazmín (Palpita Unionalis) y el otiorrinco (Otiorrhynchus Cribricollis), atacan principalmente a los olivos jóvenes.
En este artículo hablaremos de la Polilla del Jazmín o Glifodes de nombre científico Palpita Unionalis. Es una plaga que se desplaza principalmente de noche y es fácil de reconocer por el aspecto de los adultos, que son blancos con las alas de color nacarado.
Los daños son causados principalmente por las larvas.
Son muy peligrosos en los olivares en los que se están realizando renovaciones de plantas a través de la selección de chupones.
Mecanismo de acción del Glifodes
El adulto es una mariposa de alas blancas con reflejos nacarados, con el borde interior amarillento; la envergadura es de unos 25-30 mm; el macho se reconoce por la presencia de un penacho de escamas alargadas en el extremo del abdomen.
Las larvas son inicialmente amarillas y, a medida que crecen, se vuelven verdes y luego púrpura; la cabeza es siempre amarilla.
El insecto pasa el invierno en todos los estadios juveniles después de las larvas de vida temprana y como crisálida. Realiza de 4 a 6 generaciones al año.
La crisálida es verde y se vuelve marrón a medida que crece.
Los adultos aparecen en primavera y las hembras ponen de 3 a 5 huevos en el nervio central de la página inferior de la hoja. Las larvas se forman a partir de los huevos y sufren cuatro mudas, aumentando de tamaño y variando de color. Las primeras larvas se alimentan de las hojas jóvenes, donde crean un nido con hilos sedosos. Las larvas más viejas también pueden alimentarse de hojas y drupas más desarrolladas.
Al madurar crean un capullo de hilos sedosos para pupar.
Daños y defensa contra el Glifodes
Los principales daños se producen en la vegetación joven y en las drupas en fase de maduración.
La biodiversidad en el campo es esencial para el control natural, ya que depreda principalmente himenópteros calcídidos y dípteros parasitoides. Desde un punto de vista agronómico, también es útil llevar a cabo una poda y un abonado equilibrados para reducir la formación de brotes jóvenes y, contar con un buen control de los chupones, que son el alimento favorito del pirálido.
Entre los remedios biológicos, se utiliza el Bacillus thuringiensis kurstarki, el tratamiento debe realizarse preferentemente en verano, cuando se produce el solapamiento de las generaciones de larvas, debe realizarse por la noche, se debe mojar uniformemente la superficie foliar ya que el insecto debe ingerirlo para que el tratamiento surta efecto.
A menudo, los daños no justifican los tratamientos, y los tratamientos contra la mosca y la polilla cubren también los de la margaronia.
Los mayores daños están estrechamente relacionados con la edad de las plantas y el tipo de plantación. Las plantas jóvenes son mucho más susceptibles, como ya se ha mencionado, y las formas de plantación monocotiledóneas, en maceta y en arbusto son más susceptibles a los ataques del Glifodes